Rosario Central empató 2 a 2 ante River en el Gigante de Arroyito, en un partido donde fue de mayor a menor. Marco Gastón Ruben anotó por duplicado y llegó al objetivo personal.
Una tarde que quedará guardada en la retina de todos. Rosario Central empató 2 a 2 ante River en el Gigante de Arroyito y, con sus dos goles, Marco Gastón Ruben se convirtió en el máximo goleador histórico del nuestro en el profesionalismo.
Desde el inicio de las acciones, el elenco dirigido por el Kily González buscó llevar adelante su plan de juego. Presionar arriba en la salida del Millonario y jugar rápidamente para generar peligro.
En este contexto, el nuestro logró inquietar el arco defendido por Franco Armani pero sin mucha claridad. La primera ocasión fue a los 22 minutos, con una guapeada de Vecchio, que jugó para Martínez y el lateral remató por arriba del travesaño.
Siete minutos después, llegó la primera alegría. El 10 auriazul se metió adentro del área con pelota dominada, jugó la pelota al medio y Ruben, de taco, venció al arquero rival para desatar la locura en las tribunas. Es que con ese tanto, el oriundo de Fray Luis Beltrán alcanzaba a Waldino Aguirre.
A partir de allí, el juego se planchó, el local bajó la intensidad y eso permitió que la visita aprovechara para intentar llevar peligro al arco de Juan Pablo Romero. Así, en una de las últimas de la primera mitad, Julián Álvarez remató por arriba del travesaño.
En el complemento, el Canalla siguió con la misma intensidad y buscó ampliar la diferencia. Por su parte, la visita se tranquilizó y, a partir, de allí comenzó a crecer en el terreno de juego.
A los 12 minutos, el elenco de Arroyito amplió la ventaja y la historia se hizo presente. Lo Celso abrió el juego para la izquierda, Blanco se desprendió por izquierda, metió un centro al área y Ruben ganó ante todos para poner el 2-0. El tanto no solo que sumó al marcador, sino que también posicionó al 9 como el máximo goleador histórico del profesionalismo.
A partir de allí, la ventaja tranquilizó por demás al Canalla y la visita aprovechó para empezar a golpear con seriedad. Así, en una ráfaga de siete minutos, Agustín Palavecino se las ingenió para anotar dos goles de gran factura y empatar las acciones.
Los minutos restantes estuvieron de más, ambos equipos se mostraron conformes con el resultado. Más allá de alguna aproximación, poco hubo para ver.
Más allá de haberlo ido ganando y terminar empatando, el resultado fue lo de menos. Es que los ojos estuvieron puestos en el hombre de la tarde. En el 9 que llegó al objetivo que tanto busco. Una tarde que, sin lugar a dudas, quedarán en la retina de todos nosotros.
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